Lindsey Gottwig con un adulto palmoteador de Yuma en Arlington Wildlife Area, Arizona. El transmisor satelital solar manda datos de ubicación cada 2 días para ayudar a rastrear los desplazamientos; este mismísimo palmoteador ahora está pasando el invierno en un bosque de manglar ceca de Guaymas (foto de Daniel Hite).
Por Eamon Harrity, Idaho Cooperative Fish & Wildlife Research Unit, University of Idaho and Dr. Courtney J. Conway, USGS Idaho Cooperative Fish & Wildlife Research Unit, University of Idaho
Para mucha gente los humedales pueden parecer desagradables, y con buena razón. Los humedales pueden ser lodosos, llenos de insectos, apestosos y llenos de vegetación impenetrable. Pero, para el reservado y poco común palmoteador de Yuma, estos humedales desagradables son su hogar. Seguimos a esta escurridiza ave por las marismas lodosas, llenas de insectos y apestosas del suroeste de EEUU durante los últimos 4 veranos y los resultados son fascinantes.
El palmoteador de Yuma vive en las marismas emergentes a lo largo del Bajo Río Colorado, del Bajo Río Gila y el lago Saltón. Esta ave está sumamente adaptada a su entorno pantanoso: patas largas y fuertes que le ayudan a maniobrar a través de la densa vegetación de la marisma, pico largo que le permite capturar presas en aguas lodosas y poco profundas y un plumaje café moteado que ofrece un excelente camuflaje. Por desgracia, estas aves reservadas se encuentran amenazadas por la pérdida del hábitat debido a los cambios en el uso de suelo, el desvío del agua y la reglamentación de los ríos en todo el suroeste de EEUU. En efecto, el palmoteador de Yuma ha estado incluido en la lista federal de especies en peligro de extinción por más de 50 años, y la pérdida del hábitat es el principal reto para la recuperación exitosa de la especie. Mientras que las dependencias de manejo de la tierra protegen y manejan las marismas para mantener un hábitat de calidad para el palmoteador, una nueva amenaza a su recuperación puede estar surgiendo muy lejos de las marismas.
El palmoteador de Yuma se considera en buena parte una especie no migratoria porque los estudios de telemetría en los años 80 y 90 reportaron que la mayoría de los palmoteadores permanecía en pequeñas zonas de residencia todo el año. Los expertos se asustaron cuando se encontraron múltiples restos de palmoteadores de Yuma en los complejos solares muy lejos de los humedales en el 2013 y 2014. Lamentablemente, las muertes de las aves en los complejos solares están bien documentadas (decenas de miles de aves mueren cada año en los complejos solares del suroeste), pero los complejos solares en el desierto no se consideraban una amenaza para el palmoteador de Yuma debido a que la evidencia sugiere que estos palmoteadores casi nunca salen de su hogar en las marismas. Los informes de las muertes de los palmoteadores alentaron a las dependencias de conservación, incluyendo al Sonoran Joint Venture, a ponerse en marcha y lanzaron un proyecto con el Dr. Courtney J. Conway y Eamon Harrity de la Universidad de Idaho (con financiamiento del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EEUU, el Servicio de Parques Nacionales y la Oficina de Administración de Tierras) para investigar los comportamientos del desplazamiento en largos recorridos del palmoteador.
Para entender mejor su desplazamiento en largos recorridos, capturamos palmoteadores y les colocamos transmisores satelitales atando cuidadosamente un arnés para el transmisor sin impedir la locomoción. Los transmisores son solares y excepcionalmente ligeros. Las percepciones que hemos obtenido de estos transmisores han sido impresionantes. No sólo dichos palmoteadores abandonan las marismas con regularidad, sino que están migrando a las áreas costeras de México en vuelos largos y prolongados sobre el territorio del desierto.
Un palmoteador de Yuma macho que capturamos cerca de Phoenix, Arizona, concluyó uno de los viajes más sorprendentes hasta ahora documentado. Capturamos al palmoteador en el Área de Vida Silvestre Base y Meridian donde conservaba una zona relativamente pequeña de residencia todo el verano. A mediados de septiembre, el palmoteador voló unos 450 Km en varios días a una sección pequeña de desierto con matorrales en Sonora, México. Monitoreamos los desplazamientos sin dar crédito conforme esta ave de marisma pasaba 10 días en el desierto con matorrales. Después de aparentemente reabastecerse, el palmoteador se desplazó a un bosque de manglar cerca de Los Mochis, México; casi 1,000 Km al sur de su zona de residencia de verano. El palmoteador regresó al Bajo Río Gila a mediados de abril, ¡concluyendo así la primera migración documentada hasta ahora para esta especie! Desde entonces hemos documentado palmoteadores migrando a los esteros costeros y los bosques de manglar cerca de Puerto Peñasco, Bahía de Kino y Los Mochis, México. Nos entusiasma documentar los desplazamientos de más palmoteadores durante nuestro monitoreo este otoño.
Estamos empezando a entender la fenología y los corredores de desplazamiento de la migración del palmoteador de Yuma. Dicha información ayudará a garantizar que el desarrollo solar y los palmoteadores puedan coexistir en el desierto del suroeste. Por otra parte, ahora sabemos que estos palmoteadores se desplazan con regularidad de EEUU a México y los esfuerzos para conservar esta especie deben coordinarse entre ambos países. Para ello, estamos colaborando con el socio del SJV, Pronatura Noroeste para entender aún más los desplazamientos del palmoteador entre EEUU y México. Este verano colocamos transmisores a palmoteadores en el Delta del Río Colorado y planeamos aumentar nuestros esfuerzos a la costa occidental del Golfo de California (esto es, donde muchos de los palmoteadores pasan el invierno) en enero.
La conservación y recuperación exitosa de una especie exige el entendimiento del ciclo vital anual completo de la especie. Nuestros esfuerzos de investigación y nuestras colaboraciones nos llevan a tal entendimiento del palmoteador de Yuma, y es de esperarse que garanticen que las marismas lodosas, llenas de insectos y apestosas del suroeste sigan siendo el sustento de las poblaciones de esta extraordinaria ave de marisma.