Mérgulo de Craveri adulto en el océano con su pollo (foto de Abram Fleishman).
Lauren Dolinski y Jaime Martínez, Programa de Monitoreo de Aves Acuáticas, Centro de Bahía Kino, Prescott
El mérgulo de Craveri (Synthliboramphus craveri) es un álcido pequeño y reservado que se encuentra en las aguas el sur de California y noroeste de México. Anidan en las ranuras casi imperceptibles entre las costas rocosas de algunas islas de la costa del Pacífico y en el Golfo de California. Durante el resto de la temporada que no es de reproducción, puede vérselos buscando alimento en las aguas más profundas junto con sus parejas y pollos. El mérgulo de Craveri está en la lista de especies en peligro de extinción en México y como tal, es una especie de gran interés para el Centro de Bahía Kino de Prescott College en Sonora, México. Los esfuerzos de monitoreo para esta especie han ido aumentando en los últimos cuatro años. Al estudiar la población y el éxito reproductivo de esta ave marina en una selección de islas en el golfo, esperamos obtener un mejor entendimiento general de la especie, el estado de su población actual y una mejor comprensión para su conservación actual y a futuro.
El Programa de Monitoreo de Aves Acuáticas ha realizado revisiones semanales de los nidos del mérgulo durante la temporada de reproducción en los últimos tres años en la Isla Alcatraz, analizando los datos para determinar el éxito de anidación. Al documentar cuidadosamente en qué grietas rocosas y cuevas pequeñas prefieren anidar, los monitoreamos semanalmente para registrar el historial de cada pareja y el destino de cada nido. Usando cámaras trampa, monitoreamos cuando la pareja de mérgulos entra y sale de la cavidad y así conocer más sobre su comportamiento reproductivo y fenología. Incluso hemos capturado secuencias en video de los pollos abandonando la cavidad del nido para dirigirse al mar, donde sus padres continuarán criándolos. El uso de cámaras trampa ha sido un paso enorme para avanzar en el entendimiento del comportamiento y los hábitos de esta especie durante un momento vulnerable y fundamental de sus vidas.
Justo en medio del golfo existe una pequeña isla, aislada, llamada San Pedro Mártir. Históricamente era parte de la zona de reproducción del mérgulo de Craveri, pero con la introducción de la rata negra a principios de 1800 a partir de las actividades humanas en la isla, la población de mérgulo diezmó. Desde la erradicación de la rata en la isla San Pedro Mártir en el 2007, el centro no había realizado ningún monitoreo de mérgulo hasta el 2022. Nadie sabía si las aves regresarían a la isla. Durante el primer monitoreo nocturno y búsqueda de nidos en marzo de 2022 se demostró que sí, de hecho, los mérgulos habían regresado a San Pedro Mártir y seguían como si nada; poniendo huevos, criando a sus pollos y produciendo nuevas generaciones.
Mientras que la recuperación de la población de mérgulo en la isla San Pedro Mártir después de la erradicación de la rata es algo muy esperanzador, las aves siguen teniendo muchos depredadores y retos de los cuales preocuparse. Aunque no hay ratas en Alcatraz, sí hay ratones que siempre están buscando comida y podrían verse atraídos por los huevos. Además, los depredadores de las aves casi siempre andan cerca buscando alimento, como la lechuza de campanario que hace poco visitó Isla Alcatraz, o el cuervo común que anda acechando afuera de las cavidades. La fuerza de la naturaleza también ocasiona caos. En el otoño de 2022 un huracán arrastró vientos, lluvias y mareas muy altas a las islas. Después, sucedieron dos terremotos en el golfo. Estos desastres naturales cambiaron el hábitat de las islas ocasionando derrumbes de las piedras que cambiaron la forma de la costa y cerraron o destruyeron las cavidades que usaban los mérgulos antes. Al llegar a los nidos que ya no son accesibles, las aves en Isla Alcatraz parecen no saber si buscar nuevas cavidades o sencillamente no poner huevos este año.
Aunque la supervivencia no es fácil para un ave pequeña que viaja todos los días desde las aguas profundas a las costas rocosas, estos mérgulos han demostrado que son ingeniosos y resilientes cuando su ambiente se los permite. El centro sigue monitoreando a estas aves y sus poblaciones, con el objetivo de descubrir más sobre esta especie y a su vez, contribuir a su conservación a largo plazo en un mundo siempre cambiante e implacable.