El hábitat costero del rascón picudo californiano se enfrenta a muchas presiones incluyendo el desarrollo humano (foto cortesía de Hiram Moreno Higareda).
Por Hiram Moreno Higareda, Pro Esteros, A.C. Departamento de Investigación y Horacio de la Cueva, Investigador Titular, Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada
El Estero Punta Banda, visible desde gran parte de la ciudad de Ensenada, México es un cofre de biodiversidad en una ciudad y una bahía que pueden presumir su riqueza biológica y cultural. Aquí podemos observar focas de puerto asoleándose, es la cuna para un gran número de especies de pesquerías locales y regionales, es un eslabón importante dentro de la ruta migratoria del Océano Pacífico de muchas aves playeras y acuáticas que llegan cada invierno, es donde se reproducen los charranes menores y es el hogar de varias especies de garzas y garcetas. La variedad de animales invertebrados y vertebrados que viven en el estero son consecuencia de la productividad primaria que se da en las aguas, las planicies lodosas y las dunas del estero.
Así como el estero nos muestra su gran riqueza y abundancia de plantas y animales, así también nos guarda secretos. Uno de los grandes secretos del Estero Punta Banda es la presencia del rascón picudo californiano (Rallus obsoletus levipes), un ave críptica de poblaciones pequeñas. Vive en la orilla entre el agua que entra y sale del estero y las plantas que conforman su hábitat característico de marisma. La mayor parte del tiempo pasan desapercibidos por ser silenciosos, crípticos y tímidos. Estimamos que en el estero hay unas 160 de estas aves que lo habitan todo el año, su población parece estable.
Sin embargo, el rascón vive no sólo a la orilla de los ecosistemas, sino con riesgo de extinguirse. Esta ave necesita de un estero sano para vivir, hasta ahora ha encontrado casa y refugio. Pero las amenazas sobre el estero y el rascón crecen. El humedal costero de Punta Banda y el rascón se ven amenazados por especies invasoras, perros ferales, el crecimiento urbano y agrícola que lo circundan y el cambio climático. Es una especie protegida legalmente en México como en E.U.A., pero es necesario redoblar esfuerzos para garantizar su supervivencia. Se necesita una fórmula de protección que permita a Ensenada cuidar su paisaje, puesto que la salud del rascón poblaciones de la salud del ecosistema.
A medida que el cambio climático altere la fisonomía del estero, deberemos de tomar medidas para que este lugar y el rascón sigan siendo parte del atractivo de la bahía de Ensenada. Ya hemos detectado un impacto de gran preocupación debido a este fenómeno ambiental. Los nidos tienen una estructura que les permite moverse al ritmo de las mareas, pero hemos observado pérdida de nidos durante mareas extraordinarias cada vez más altas. Después de un evento de este tipo podemos llegar a perder hasta el 50% de los nidos, una amenaza muy seria a la supervivencia de la especie. Hemos observado que estos picudos trepan a los arbustos más cercanos y altos para escapar de las inundaciones durante las mareas, este comportamiento no garantiza su permanencia.
En años pasados habíamos observado una jauría de perros ferales, la cual, según los pobladores de esta comunidad, ha estado presente cuando menos 5 años, se le observó depredando aves y pequeños mamíferos dentro del hábitat del rascón picudo, la cual posteriormente fue erradicada debido a una denuncia pertinente en el control canino municipal, por representar un factor de riesgo con su presencia en el sitio.
El estero es un atractivo turístico de Ensenada, tanto los ciudadanos de Ensenada como visitantes del resto del estado, de los Estados Unidos y del resto del mundo vienen a disfrutar de sus playas y paisajes, algunos por un día o un fin de semana, muchos han comprado propiedades a la orilla del estero. Esta presión humana sobre el estero es un riesgo para su bienestar, pero puede convertirse en un agente de conservación, si se aplica la estrategia adecuada, en conjunto con actividades reguladas, como el ecoturismo y la educación ambiental y otras actividades sustentables que permitan disfrutar el paisaje sin afectarlo negativamente.
El rascón picudo es un animal adaptado para vivir en la orilla del ecosistema de los humedales. Ahora, también los humedales se encuentran en la orilla por las amenazas permanentes que el desarrollo le imponen. Nuestro trabajo es hacer que esas amenazas disminuyan y la orilla de los humedales y del rascón picudo sean un ejemplo de conservación y resiliencia para las generaciones actuales y futuras.