La alondra cornuda fue la especie más comúnmente observada por los participantes (Alondra cornuda de Alan Schmierer bajo dominio público).
Por Emily Clark y Jennie Duberstein del Sonoran Joint Venture, y Chris McCreedy, Investigador asociado de Point Blue Conservation Science
En febrero de 2018 les presentamos a nuestra temporada piloto de Avicaching en el desierto. Bajo el diseño de atraer a los voluntarios de ciencia ciudadana, el Avicaching en el desierto buscó usar el poder de la gente para ayudar a llenar los huecos de conocimiento y orientar las futuras acciones de manejo para los desiertos Mohave y Colorado. Nuestra atención se centró en aprender más sobre el uso de los hábitats del desierto de las aves migratorias, en especial la relación con los lugares con desarrollo solar, así como afinarnos en un grupo específico de especie, la de los cuitlacoches. Entonces, ¿cómo nos fue?
Primero, un breve resumen. Los ecosistemas desérticos como los desiertos Colorado y Mohave del sur de California se encuentran bajo amenaza, en gran medida debido a las presiones del desarrollo humano invasor, la escasez de agua y los efectos del cambio climático. Asimismo, las especies incluyendo al cuitlacoche pico corto y el cuitlacoche pálido se encuentran entre las especies que más rápido están disminuyendo en tierras áridas (lee más acerca de los cuitlacoches). Los establecimientos de energía solar y eólica salpican el paisaje, pero se sabe poco sobre cómo afectan estos establecimientos a las comunidades de aves de la localidad y migratorias. Con la excepción de las conocidas “trampas de migratorias”, los hábitats del desierto continuamente reciben menos visitas de observadores de aves debido a lo remoto del lugar, la baja densidad de la población, la baja densidad de los caminos y las malas condiciones del tiempo.
Durante la reunión del Grupo de Trabajo de Ciencias del SJV en el otoño del 2015, uno de los grupos habló de sus preocupaciones sobre las especies y los hábitats del desierto, incluyendo la necesidad de contar con más información. Sin embargo, al enfrentarnos con un personal y recursos limitados, ¿cómo íbamos a aprender más sobre dichas áreas en riesgo?
Durante un taller surgió la idea que condujo a nuestros socios en Point Blue Conservation Science a presentar una propuesta para el Programa de Apoyos del SJV (que posteriormente fue financiada) para tomar la idea del Avicaching del Laboratorio de Ornitología de Cornell (para saber más revisa nuestro artículo anterior) e implementarla en la región del SJV. A partir de eBird y del concepto de geocaching, Avicaching ayuda a recopilar información sobre las aves en las áreas con pocos datos al activar a la comunidad eBirder en visitar lugares específicos (identificados como eBird Hotspots) y subir listas de aves de cada “Avicache”.
En general, la temporada piloto resultó todo un éxito, así como una gran experiencia de aprendizaje para el equipo. En total, 72 voluntarios presentaron 409 listas eBird de 53 lugares de Avicaching del desierto durante el invierno y primavera de 2018. Las listas comprendieron casi 350 horas de monitoreo. Ello es comparable con un biólogo de tiempo complete monitoreando cinco días a la semana durante ocho horas diarias, ¡por más de 2 meses! Si puedes tomar en cuenta los costos de traslado y gasolina, calculamos que nuestros participantes contribuyeron más de 500 horas de su tiempo monitoreando y de $2,000 a $3,000 en traslados.
Al analizar el esfuerzo del monitoreo y los datos del lugar, pudimos reunir información importante sobre los participantes que nos ayudará a desarrollar proyectos a futuro. Primero, aunque tuvimos un buen número de participantes, las mismas pocas personas contribuyeron la mayor parte de las listas de eBird. Considerados nuestros observadores “centrales”, estos participantes observaron de manera constante en los lugares de avicaching varias veces a la semana, a menudo presentando listas de múltiples lugares de avicaching en la misma mañana. Nuestros observadores “casuales” fueron aquellos que presentaron menos de cinco listas durante todo el período de estudio. Los observadores centrales por lo general se reclutaron durante nuestras visitas en persona a los grupos de conservación de la localidad y a los capítulos de Audubon para hablar del proyecto.
A futuro, sabemos que debemos centrar nuestros esfuerzos de extensión a fin de aumentar nuestra serie de datos. A pesar de tratar de que la gente visitara áreas remotas, los lugares con mayores índices de visitas fueron aquellos cercanos a donde viven los voluntarios. Una gran mayoría de las listas presentadas fue del condado de Kern, en una parte occidental del Desierto Mohave, la cual cuenta con varios establecimientos solares.
Aunque se nos donaron regalos espectaculares, aprendimos por parte de nuestros voluntarios que las rifas de premios fueron una ventaja, pero no el único incentivo para participar. Nuestro principal ganador, Kerry Ross, presentó la tremenda cantidad de 148 listas y registró 95 especies. Expresó su preocupación de que los campos solares están surgiendo a “velocidades alarmantes” a lo largo de la parte occidental del Valle Antílope en los condados de Kern y Los Ángeles. De sus esfuerzos nos dice, “era de interés particular para mí recopilar datos que pudieran usarse en futuros estudios para entender mejor la relación entre las aves y los campos solares de gran tamaño que se están desarrollando por todo el desierto”.
Los objetivos de los datos del Avicaching del desierto se enfocaron en las aves migratorias y en las especies de cuitlacoches. Encontramos que la calidad de los datos de los voluntarios fue alta (las listas presentadas estaban completas y a menudo incluían descripciones y fotografías). Durante el período de estudio de 2018, los observadores identificaron 142 especies y 16,033 aves individuales que se pensó eran parte de la migración activa. La alondra cornuda, aunque no se reproduce en el desierto, fue la especie más comúnmente observada por mucho (más de 6,300 registradas). El cuitlacoche pálido se registró en siete listas, de las cuales cuatro fueron en sitios de mitigación solar. Estas observaciones representan registros nuevos para las especies en esos lugares. El cuitlacoche pico corto se registró en cinco listas y cada avistamiento se tomó en un punto establecido para cuitlacoches. Esta información se le brindó al Grupo de Trabajo de Cuitlacoches del Desierto, un equipo interorganizacional que trabaja en la conservación y el manejo de cuitlacoches.
Esperamos continuar usando estos datos para informar a las decisiones de manejo para proyectos de energía alternativa. Además, estamos explorando posibles oportunidades de financiamiento para seguir con el Avicaching en el desierto o bien, implementar nuevos juegos de avicaching a lo largo de la región. Agradecemos a todos nuestros participantes y a nuestros patrocinadores (American Birding Association, Athlon Optics, BirdsEye Nature Apps, Point Blue Conservation Science, Wildwings Backyard Nature Store y PhoneSkope).