Janet Ruth, socia del SJV, y colegas en El Cóndór, publicaron un nuevo estudio (parcialmente financiado por el SJV). Utilizaron datos de radar y de satélite para determinar los hábitats asociados a las aves durante las estancias migratorias. Las densidades de aves difieren considerablemente según el tipo de hábitat en todos los sitios en al menos una temporada. En partes de Arizona y Nuevo México, los bosques en tierras altas sostuvieron grandes densidades de especies migratorias, especialmente en el otoño. Los hábitats desarrollados, en las áreas con poco bosque en tierras altas, también sostuvieron altas densidades. Los hábitats de matorrales y pastizales sostuvieron densidades bajas a intermedias, pero debido a que dichos tipos de hábitats dominan el paisaje del suroeste, podrían brindar un hábitat como estancia para grandes números de aves migratorias a diferencia de lo que se ha reconocido anteriormente. Estos resultados se complican con los continuos retos relacionados con la identificación de objetivos (i.e., distinguir entre aves, artrópodos y murciélagos). Los resultados sugieren que es muy simplista para:
- Considerar que el árido oeste es un paisaje inhóspito con pequeños oasis de hábitats que brindan los recursos necesarios para todas las especies migratorias.
- Pensar que los hábitats ribereños del oeste y los bosques de tierras altas sustentan a la mayoría de las especies migratorias en todos los casos.
- Considerar un hábitat particular sin importancia como estancia sólo en base a las bajas densidades de especies migratorias.