Polluelo de petrel cenizo encontrado durante las búsquedas de nidos en el archipiélago Todos Santos (foto de GECI/J.A. Soriano).
Por Alejandra Fabila Blanco, Alicia Aztorga Ornelas, María Félix Lizárraga y Yuliana Bedolla Guzmán – Grupo de Ecología y Conservación de Islas, A.C.
El petrel cenizo (Hydrobates homochroa) es una ave marina endémica de la Corriente de California con una distribución muy restringida que abarca desde el norte de California hasta el sur del Pacífico de Baja California. A diferencia de otros petreles, no es un ave migratoria, y frecuenta sus sitios de anidación durante todo el año. Durante su temporada de reproducción, que abarca desde febrero a noviembre, visita sus colonias durante la noche y se reproduce en islas entre cavidades rocosas. El archipiélago Todos Santos, frente a las costas de Ensenada, Baja California, es su sitio de reproducción más sureño y alberga la colonia más importante en México. Estas islas, Todos Santos Norte y Todos Santos Sur, están protegidas como parte de la Reserva de la Biosfera Islas del Pacífico de Baja California y se encuentran en buen estado de conservación, gracias a la remoción de mamíferos exóticos —gatos, conejos, burros—, hace más de 20 años.
En el Grupo de Ecología y Conservación de Islas nuestra misión es la conservación integral y desarrollo sustentable de las islas mexicanas. El petrel cenizo es una especie prioritaria para nosotros ya que se encuentra en peligro de extinción y está protegida por las leyes mexicanas. Por ello, desde el 2015, año en que confirmamos que la especie anidaba en el archipiélago Todos Santos, hemos llevado a cabo su monitoreo y realizado acciones para su conservación. En 2019 se formó el Grupo de Trabajo del Petrel Cenizo conformado por 14 organizaciones de México y Estados Unidos que trabajamos con la especie a lo largo de toda su distribución. En 2020 desarrollamos un plan de monitoreo estandarizado y en los dos últimos años lo hemos puesto en práctica de manera coordinada para evaluar la tendencia poblacional de la especie.
El monitoreo consiste en la búsqueda exhaustiva de sus nidos en todo el hábitat potencial accesible en las islas, su seguimiento durante toda la temporada de reproducción para estimar su éxito reproductivo, y la captura y anillado de individuos adultos para establecer un índice de tendencia poblacional y evaluar su sobrevivencia. Con lámpara y boroscopio en mano revisamos cada hueco entre las rocas para encontrar algún adulto, huevo, pollo o algún rastro. También emitimos su vocalización en espera de respuesta y así confirmar la ocupación. A la fecha, hemos registrado 84 nidos, la mayoría en una pequeña zona al noroeste de la isla Todos Santos Norte. Estos últimos dos años, la especie ha tenido un éxito reproductivo relativamente alto; el 70% de las parejas criaron a su único pollo hasta la etapa de volantón. Con ayuda de redes de niebla, que colocamos durante la noche de luna nueva, hemos capturado cerca de 500 individuos.
A pesar de que actualmente el archipiélago Todos Santos es un sitio seguro para la anidación de ocho especies de aves marinas, incluido el petrel cenizo, existe un constante riesgo de introducción o reintroducción accidental de mamíferos invasores, los cuales podrían dañar gravemente a las poblaciones de estas especies. Es por ello que, en colaboración estrecha con CONANP y la participación de usuarios del archipiélago Todos Santos, desarrollamos un protocolo de bioseguridad insular como instrumento de buenas prácticas y de la implementación de medidas para prevenir la introducción de estas especies dañinas. También hemos llevado a cabo una campaña de comunicación para compartir información sobre el petrel cenizo y sus necesidades de conservación entre el público general y mostrar las acciones que todos podemos hacer para proteger a esta ave y su hábitat.
Hasta ahora se han logrado grandes avances en el conocimiento del petrel cenizo en México, aunque aún existen muchos huecos de información para esta especie. Entre ellos, evaluar su estado en otras colonias, su ecología trófica y distribución en el mar; así como la evaluación de amenazas en el mar tales como contaminantes y fuentes luminosas artificiales. Esta información, así como la colaboración entre diferentes organizaciones nacionales e internacionales, es importante para la toma de decisiones y continuar con acciones para la conservación de esta especie prioritaria.